martes, 27 de agosto de 2013

Sobre la fe y las fracciones

Me gustaría resumir las principales ideas de lo que no hace mucho leí acerca de nuestro sistema monetario y que me llevan a pensar que todo parece idea de un grupo de dementes.


En primer lugar, desde la desaparición del patrón oro, el dinero no tiene valor objetivo:

"El dinero llamado fiduciario es el que se basa en la fe o confianza de la comunidad, es decir, que no se respalda por metales preciosos ni nada que no sea una promesa de pago por parte de la entidad emisora. Es el modelo monetario que manejamos actualmente en el mundo, y es el del dólar estadounidense, el euro y todas las otras monedas de reserva [...] Un billete actual es una clara representación de dinero fiduciario, por cuanto objetivamente considerado carece de valor" (http://es.wikipedia.org/wiki/Moneda_fiduciaria).

En segundo lugar, quiero destacar que la mayoría de nosotros tenemos la idea de que el banco presta el dinero que tiene (el dinero de sus depositarios), pero como vivimos en un sistema de reserva fraccionaria (http://es.wikipedia.org/wiki/Banca_de_reserva_fraccional) esto no es así. En realidad el banco presta el dinero que NO tiene. Yendo aún más allá, un banco se inventa (crea, si así lo prefieres) el dinero en el momento del préstamo.

Legalmente un banco sólo tiene obligación de tener una fracción del dinero que presta, de ahí el nombre de reserva fraccionaria. Esta fracción variará según la legislación de cada país, pero es normal que esté en torno al 10%. Esto significa que si un banco tiene un millón de euros, puede prestar diez millones de euros. ¿De dónde salen esos nueve millones de euros? De la nada. Son meros apuntes contables. ¿De dónde toman su valor? Del resto del dinero circulante que tenemos todos. Es decir, cada préstamo provoca inflación (la pérdida de valor de cada unidad de dinero circulante).

Quédate con la frase: "si lo haces tú es delito, pero si lo hace un banco es legal". Falsificar dinero es delito precisamente porque aumenta la cantidad de dinero en circulación, y al haber más dinero, cada unidad de éste pierde valor. Eso es un delito. Pero en el caso de los bancos es un privilegio del que disponen. La única diferencia es que, una vez hecho el balance de todos los préstamos, es el estado el que le da al botón de imprimir billetes.

Por otra parte, una vez devuelto el préstamo, dicho dinero creado ad hoc para tal crédito, debe ser retirado de la circulación.

El dinero es deuda, y la deuda es dinero. Si lo piensas, si tienes en tu bolsillo un billete de diez euros, puede que sólo un euro de los diez represente dinero real, los otros nueve representan deuda (hipotecas, préstamos). Si todo el mundo pagase sus deudas habría que retirar del mercado el 90% de billetes y monedas en circulación.

Por último, los bancos sólo crean el dinero correspondiente al capital del préstamo, no crean el dinero de los intereses que deben recibir a cambio. De modo que cada prestatario debe devolver el dinero que le prestaron más una parte del dinero que previamente ya estaba en circulación.

Si pensamos que la inmensa mayoría no tenemos dinero para comprar una casa o un coche "a tocateja" (casi todos pagamos hipoteca y préstamos), nos encontramos coexistiendo en una jungla en la que todos competimos por devolver más dinero del que una vez recibimos al concedernos un crédito. Es normal, por tanto, que siempre se produzca una transferencia neta del dinero en circulación hacia los bancos. Y también es normal que no todo el mundo pueda conseguir pagar sus préstamos, pues todos "luchamos contra todos" por los mismos recursos.

La bancarrota, el desahucio, la suspensión de pagos... son inherentes al sistema. El sistema no está hecho para que todo el mundo termine de pagar su hipoteca.

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