lunes, 26 de agosto de 2013

Competitividad

Hay crisis... y la única salida que encuentran nuestros sesudos dirigentes a las alarmantes cifras de paro es recortar el sueldo a los trabajadores. De momento no parece que haya funcionado, porque el paro viene aumentando incluso después de sucesivos recortes salariales. Pero desde Europa llegan nuevas directrices: sigan recortando.

¿Cuál es siempre la justificación de tales recortes? La competitividad: si los trabajadores cobran menos, el país será más competitivo.

¿Competitivo hacia qué mercado? Está claro que no hacia el mercado interno, puesto que cada trabajador que gana menos sueldo es un consumidor con menor poder adquisitivo. No vamos a ser nosotros los que podamos comprar lo que producimos. No seremos precisamente nosotros los que aumentemos la demanda de producción de bienes.

Queda claro entonces que si hemos de ser competitivos, lo seremos hacia el exterior. Estamos recortando sueldos para poder aumentar las exportaciones. Y en ese caso sólo tengo dos cosas que decir:

1º) Nos queda mucho camino por recorrer si queremos ser realmente competitivos, pues todavía los trabajadores españoles cobramos más que los chinos, hindúes, vietnamitas... Difícilmente vamos a desplazar a China de su lugar como "fábrica del mundo".

2º) ¿Es que sólo hay una variable sobre la que actuar para que la producción sea más competitiva? ¿Lo único que hay que hacer es bajar y bajar salarios?

El precio de la energía, por ejemplo, no deja de subir en España para beneficio de un puñado de grandes empresas. Las fábricas, para producir, deben tener máquinas conectadas a la red eléctrica. Las materias primas y las mercancías han de transportarse de un lugar a otro por carretera, tren o avión. Por lo tanto, los elevados precios de la electricidad y los combustibles hacen que el precio final de nuestros productos sea más alto. ¿Esto no afecta a la competitividad?

Cuando se trata de rebajar los salarios nunca les tiembla la mano. Sin embargo, ni siquiera están por la labor de realizar una auditoría energética en el país (PSOE se abstiene, PP vota que no). En nuestro país se permite alegremente que las grandes empresas energéticas se pongan todas de acuerdo al fijar los precios. A pesar de la supuesta liberalización de la energía, no existe la libre competencia en este sector en España. Estamos de hecho ante un oligopolio energético que actúa en contra del interés general. ¿Reaccionará el gobierno con igual firmeza, en aras de una mayor competitividad, en contra de estas sucias prácticas?

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